QUISE JUGAR

Escribir para sentir tu sonrisa

lunes, 28 de febrero de 2011

Donde

Donde apenas llueva,
pero nunca falte el agua.
            ¡Allí quiero estar!

Donde no haya viento molesto
y nunca falte el aire.
            ¡Allí quiero estar!

Donde el sol no castigue ni achicharre,
pero nunca falte el fuego.
            ¡Allí quiero estar!

Donde pisar sea un sueño
y nunca falte la tierra.
            ¡Allí quiero estar!

Quiero estar viviendo
en el amor y la música,
la pasión y la realidad.
Donde los gritos se callen.
En tu felicidad.
¡Allí quiero y debo estar!
           
            Donde el mar sea tierra,
            y la tierra, montaña,
            y la montaña, nieve,
            y la nieve, agua.

No me busquéis donde me olviden,
ni donde ignoren los sentimientos.

Buscadme donde los odios se borren.
           
            Donde la brisa sea fuego,
            y el fuego, ocaso,
            y el ocaso, caricia,
            y la caricia, aire.

No me busquéis donde me maten,
ni donde entierren los sentimientos.

Buscadme donde las prisas se calmen.
           
Donde el agua...
Donde el río nace y donde se hace mar.

Donde la tierra...
Donde el valle se hace falda y crece la montaña.

Donde el aire...
Donde el huracán amaina y se convierte en brisa.

Donde el fuego...
Donde el sol vive su ocaso y amanece.

Buscadme donde el espíritu esté en equilibrio.
           
            Donde el silencio.
                        Donde el amor.
                                    Donde la paz.
                       
                        ¡Allí quiero estar!

domingo, 27 de febrero de 2011

Dos días de enero (4)

        ¡Qué cabrón e hijo de puta hay que ser para hacer lo que le hicieron! La historia de siempre. Apenas llevaba una semana en España. La habían traído engañada desde su Colombia natal, de forma ilegal, con la promesa de darle trabajo en una casa como sirvienta y, así, poder sacar dinero para ayudar a los suyos, sus padres y sus cinco hermanos, en su país. El resto, al igual que el principio, ya lo conocemos todos. ¡Una asquerosa red de trata de blancas! Ayer la trajeron desde Madrid a Utrera, concretamente a un club de las afueras del pueblo. No. No era el mío. Cuando le explicaron cual era su nueva y jodida situación, se sintió tan engañada, tan tonta, tan ultrajada, que, sin saber cómo, logró safarse de los hombres que la tenían retenida y echó a correr como pudo y adónde pudo. Decía que su mamasita le había sacado de allí; que desde su tierra, ella le envió la energía para decidir el momento de huir, y que su papasito le prestó las fuerzas para la carrera. Estos sudamericanos, siempre tan poéticos. Seré muy duro o muy incrédulo, pero yo creo más bien que las fuerzas y la energía las sacó ella misma de las reservas cafeteras que tendría después de vivir veintitantos años en la meca de los muy cafeteros. Y, si me apuran, de algún resquicio de coca que hubiera respirado por allí... Fuera como fuere, escapó. Después de pasar toda la noche escondida en una furgoneta abandonada al lado de la estación, cogió el primer tren que vio salir, sin saber, siquiera, qué destino llevaba, con el miedo metido en las entrañas. La estaban buscando.
       
        Escuchando su relato, llegamos a Santa Justa, Sevilla. Todos se bajaban allí, menos yo, que vivía en La Rinconada, el siguiente pueblo donde paraba el cercanías. Estábamos desconcertados. No sabíamos qué hacer. No podíamos denunciar nada en comisaría, porque al estar indocumentada, sin papeles, seguramente la enviarían de vuelta a su casa sin más miramientos. Tampoco querían dejarla sola, pero todos tenían que salir pitando a sus quehaceres. Armani tenía que irse a la pequeña empresa de informática que tenía montada con su cuñado y socio capitalista que, por supuesto, sólo aparecía por allí para trincar dinero, motivo por el cual Giorgio se lo curraba él solito más que un chino, y que dos; para más inri, el negocio estaba en Mairena del Aljarafe, en un anexo de la casa de su cuñado; ya de por sí, llegaba tarde porque se iba a bajar una parada más allá de la suya, San Bernardo, que le pillaba mejor para coger el autobús que le llevaba hasta aquel pueblo. Se recorría medio mundo para ir al trabajo. Ahora comprendía sus madrugones. Y su pinta. Yo tampoco me arreglaría para que me viera un cuñado tan cerdo.
       
        Los gordos, Ramón y Mariflora, trabajaban de repartidores en un obrador y, tenían, sin falta, que dar salida cada mañana a cientos de piezas de panecillos y dulces de todos los tamaños y sabores. Ahora entendía por qué esos grotescos y exagerados atracones en el tren...

        Genaro, estudiante, tenía un importantísimo examen a primera hora de la mañana que le iba a tener ocupado todo el día. Estudiaba para arquitecto. Esto no explicaba, ni mucho menos, el misterio de su escondite bufandil, ni de su libro fucsia inleído. Quizá todo fuera fruto de una visión arquitectónica de la vida: esconder los volúmenes, el lenguaje de la quietud de los materiales en el espacio..., que sé yo.

        Todos tenían cosas que hacer. Menos yo. Precisamente, acababa de salir del trabajo. De un trabajo donde quizás podía haber terminado ella como compañera. Me sentí asqueado conmigo mismo, y con toda la mierda y la miseria que se mueve en este mundo. Le dije que se vendría a mi casa. Vivía solo, y allí, en La Rinconada, a aquellos chulos cabrones no se les ocurriría buscar.

        (CONTINUARÁ)

sábado, 26 de febrero de 2011

Pabloog Maps (2)

Vivo                                      [abro mil puertas]
de abrazo en abrazo               [abro el alma y te envuelvo],
de beso en beso                     [cierro los ojos],
caricia tras caricia                   [abro los poros],
y dejo vivir                             [abro manos y cerebro].

Vivo y muero                         [a corazón abierto]
en un universo azul infinito
que me ha tocado disfrutar.

                                              [Abre y cierra corchete].

jueves, 24 de febrero de 2011

N´Babushas. Profecía III

             Están cayendo
             lunas llenas
             sobre la inmortalidad.

             Azules y blancas.

                          Titilan.

             ¿Qué poseemos?

             Humo, fuego,
             luces, viento.

             Silencio.

                          (N´Babushas. Profeta)

Aunque es una cruel realidad, al menos hoy está poético el mushasho.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Fotos

            En el silencio
            gritan las fotos.
            Y te miran y te hablan,
            sonrien y se callan.
            Profundizan en tu alma,
            desmenuzan el puzzle de tu corazón.

martes, 22 de febrero de 2011

Bes & Ugos. Diálogos. Mojarse

BES.- Hay que mojarse.
UGOS.- A diario y con jabón.
BES.- Mojarse en un sentido figurado…
UGOS.- ¡Figúrate!
BES.- …En el sentido figurado de definirse, ponerse de un lado u otro, decantarse, comprometerse por algo o alguien, una causa, una ideología…
UGOS.- Aaahh…
(SILENCIO)
BES.- ¿Y tú?
UGOS.- ¿Yo qué?
BES.- ¿Tú qué de qué?
UGOS.- ¿Qué de qué, qué?
BES.- ¿Si papa o bistec?
UGOS.- ¿Papa o bistec? Todavía no tengo hambre.
BES.-  Que hay que mojarse. ¿Te mojas o no te mojas?
UGOS.- Me mojé hace tiempo.
BES.- ¿Y?
UGOS.- Que me definí…
BES.- Bien hecho. Eso da muchas satisfacciones.
UGOS.- … y me puse de un lado, me puse del otro, me decanté, me comprometí por algo y por alguien, por una causa y una ideología.
BES.- ¿Me estás remedando?
UGOS.- No. Y todo en sentido figurado. ¿Me pasas ya la toalla, que estoy cogiendo frío?

lunes, 21 de febrero de 2011

Alta tecnología. Escáner

          Feliz desencuentro de nubes rancias
          que merodean por el ciberespacio
          con sus lluvias, sus tormentas y sus historias.

                    ¿Esto es poesía?

          Pre-exploración en proceso…
          Explorando…
          Cero por ciento… Cuarenta y nueve…
          Ochenta y cuatro… Cien por cien.

                    Sin título-21@25%(Gris)

          ¡Rayos y truenos!
          ¡Maldito escáner!
          ¡A duras penas chapurrea español!

domingo, 20 de febrero de 2011

Dos días de enero (3)

      Aquella joven, no le echaba más de veinte, era una bella y sensacional mulata de metrosetentaytantos, con una hermosa melena azabache brillante y unos ojos de miel y caramelo que, a Dios gracias, el gordo Ramón y Mariflora, su “partener”, que así se llamaban los tortolitos, ya estaban desayunados, que si no…, cualquiera les corta la gula. ¡Joder! ¡Era la mujer más guapa y soberbia, la hembra más sublimemente sensual y atractiva, la belleza más dulce y bucólica, que había visto en mucho tiempo! Y no sería porque no viera mujeres al cabo del día. Y de la noche.

      Yo trabajaba en un bar que había a las afueras de Utrera. Llevaba allí algo más de un año. En aquel local había un excelente ambiente de trabajo, cosa que habría que achacar al buen hacer de la persona que lo regentaba: Madame Sussanna. Sí. Era un puticlub. Todo un licenciado en Biología como yo, trabajando en un club de carretera. ¿Y qué? Ya sé que el asunto tiene su guasa y, por supuesto, su explicación, pero, ¿a quién le importa cómo fui a parar allí? Son las vueltas que da la vida, y ya está, no hay que darle una vuelta más. No terminaríamos nunca. La cosa es que allí estaba a gusto, me trataban bien, me pagaban mejor, y mi trabajo se limitaba a poner copas, ver, oír y callar. Además, ¿qué mejor sitio para un biólogo para el estudio de la vida? ¡Un biólogo que se precie, tiene que estudiar a los seres vivos en todas sus facetas y desde todos los puntos de vista posible! Pues, éste era uno más.

      La verdad es que en La Higuera –tal era el nombre del club, debido a las chumberas que rodeaban sus muros–, había muy buen rollo, todos los días, y a casi todas las horas. Echaba muy buenos ratos allí. Había de todo y se veía de todo: mucha y muy selecta clientela, en su mayoría masculina, en busca de compañía, charla, sexo, pasar un buen rato, reírse con las ocurrencias de Madame, o, simplemente, para alegrar la vista, o tomar una copa, como en cualquier otro sitio. Copas había. Y muchas. Rara era la noche que no salía con media moña en lo alto. Hasta que un día me paró la guardia civil, me hizo soplar, positivo, dichoso aparatito chivato, juicio, multa, retirada de carné, y a coger el tren con Genaro, Mariflora, el gordo Ramón y el gran Giorgio Armani. ¡Si apenas había bebido…! Bueno, para qué engañarnos. Desde las 21:00h. que entraba, hasta las 5:15h. que salía, dos o tres o cinco o diez cacharros podían caer sin problemas. Y sin aguar, que era como se los tomaban las niñas.

      Y eso es lo que más había en el club. Mujeres. De todas las formas, tipos y tamaños. Hermosas, guapas, feas y horrorosas. Jóvenes y pasaditas. Delgadas, macizas y fofas. Blancas, mulatas y negras. Españolas de pura cepa, producto interior bruto genuino con denominación de origen, y extranjeras, más que nada, cielito lindo, hispanoamericanas. Mujeres a mi alrededor, casi todas en ropa interior, no me faltaban. Y por si fuera poco, eran cariñosas, melosas, solidarias y comprensivas a más no poder. Siempre tenían un piropillo zalamero y una sonrisa picarona con la que obsequiarme. Y, como no, algún que otro comentario picantón e insinuante para dejarme cortado. ¡Qué zorrunas! Pero yo jamás toqué a ninguna. El trabajo es el trabajo, y como bien me recomendó Madame Sussanna, donde tengas la olla…, ya se sabe. Aunque fuera Claudia Schiffer.

      La aterciopelada mulata del tren no era Claudia, ni se le parecía. Era totalmente distinta, pero para mejor, sin exagerar. Era perfecta. Tal es así, que, en otro repentino ataque de nervios y de llantos y de lamentos, viendo que ni yo, ni Armani lográbamos consolarla, se acercaron el ancho Ramón, su naranjona Mariflora y Genaro, para preocuparse por ella. Era imposible no preocuparse por ella. Tan frágil, tan bella, tan todo… Allí estábamos, como una piña rodeando a su piñón más preciado y sabroso, los cuatro jinetes del Apocalipsis y un quinto llanero solitario en discordia, servidor, mimando y cuidando a aquella joya de la madre natura.

      De nuevo, aquellos movimientos me cogieron por sorpresa. Y aún más. Para alucinar. Ramón le dio lo que quedaba de su chupeteada lata de cocacola, mientras Genarín le acercaba un pañuelo de tela, de los de toda la vida, blanco, inmaculado. En ese momento, me di cuenta que, un rato antes, se me habían acabado los kleenex. ¡Qué torpeza! ¡Qué falta de previsión!

      «Vamos, muchachilla, bebe un trago, que te sentará bien», dijo Ramón con su voz gruesa y su respiración brusca, en tono apesadumbrado y paternal. ¡Y bebió! Pero…, ¡cómo puede ser tan irracional y…, beber de ahí! Pobrecilla. ¡Cómo estaría para hacer una cosa así! Bueno, un momento de flaqueza lo tiene cualquiera, y, a ella, se le podía perdonar con más razón aún, viéndola tan afligida y fuera de sí. Pero, de todas formas, ¡qué pena de suaves labios algodonosos, mancillados por una triste cocacola babeada del grasoso Ramón!

      Unos minutos más tarde, después de que todos dijéramos algo para tranquilizarla «¡mira qué bonito, está amaneciendo!», diéramos ideas para animarla «¡abrid un hueco, joder, que corra el aire, la estáis asfixiando!», e hiciéramos algo para apaciguarla (Mariflora le prendió un cigarro con su boca embadurnada de carmín de veinte duros y de churrete de chocolate de las palmeras, y…, ¡la chica lo cogió y se lo fumó! ¡Por Dios! ¡Imperdonable!, bueno, ella tenía un pase...), la bella mulata, secándose las lágrimas y entre sollozos, nos contó lo que le había sucedido.

      (CONTINUARÁ)

sábado, 19 de febrero de 2011

Futuro

     
Querido ordenador:

Formas un cuadro rectangular de esperanza.

…queda tanto por hacer…

Y pensar que desde aquí se puede cambiar el mundo.


Cambiar. Y el mundo
puede pensar formas
de rectangular un cuadro.
Querido ordenador,
¿qué esperanza se queda
por hacer tanto desde aquí?

miércoles, 16 de febrero de 2011

Profeta N´Babushas. Profecía II

                   Aire agrio, espeso,
                marrón,
            casi irrespirable.
Con escasas intenciones de salubridad.
            Es lo que tenemos,
              quizás,
                  para mucho tiempo.

Comienzan a darse casos de muerte por desempleo,
y los psicólogos llenan consultas
por crisis de ansiedad, locura y miedo…

                                           (N´ Babushas. Profeta.)

Coosas que paasan por tener neuras y noeuros.

martes, 15 de febrero de 2011

Bes & Ugos. Diálogos. Preguntas

BES.- ¿Te puedo hacer una pregunta?
UGOS.- Ya me la has hecho
BES.- ¿Cómo que ya te la he hecho?
UGOS.- Me has preguntado si me puedes hacer una pregunta.
BES.- Pero esa no cuenta.
UGOS.- Es una pregunta.
BES.- Bueno… ¿Puedo hacerte dos preguntas?
UGOS.- Ya me las has hecho.
BES.- ¿Otra vez?
UGOS.- Tres. No, no, cuatro. Llevas cuatro.
BES.- ¿Tres, cuatro…qué?
UGOS.- Cuatro preguntas, y con esta cinco.
BES.- ¿Cinco?
UGOS.- Seis.
BES.- Ya está bien, ¿no?
UGOS.- Siete.
BES.- ¡Vale, vale, vale…! Siete. Ya te he hecho siete preguntas. Ok! Veo que hoy estás muy gracioso… ¡¡Pero vale ya ¿no?!! ¡¡Borrón y cuenta nueva, ya!! ¡¡¿No?!!
UGOS.- Ocho, nueve…
BES.- ¡¡¿¿Te puedo hacer una pregunta o no??!!
UGOS.- (…) Vaaaale… Veeenga….
BES.- ¡Gracias!

(SILENCIO)

UGOS.- ¿Y?
BES.- ¿Y, qué?
UGOS.- ¿No me querías hacer una pregunta?
BES.- Ya te la he hecho.
UGOS.- ¿…? ¿Cuál de todas?
BES.- ¿Te puedo hacer una pregunta?

lunes, 14 de febrero de 2011

Por San Valentín

     Cuando ya no tengas nada más que amar: ¡Ama! Algunas situaciones parecen el final y son sólo en principio. ¡Date un rayo de lluvia cuando no te veas entre los vivos!

     Hasta el  mayor terrorista del mundo tiene cartas de amor en su cabeza.

     Desde la ventana, la amenaza de lluvia se ha convertido en realidad. Es la única amenaza bella: llena de poesía, de música, de amor.

     El amor, a plazos. Nunca al contado.

domingo, 13 de febrero de 2011

Dos días de enero (2)


Todos la mirábamos, y nos mirábamos entre nosotros, esperando una explicación a tanto alboroto. El gafas había dejado de leer; los zampabollos habían dejado de zampar; el acicalado Giorgio tenía el maletín y las narices cerradas. Yo era el único que seguía haciendo lo de siempre: observar a todos. De repente, ella deparó en nosotros, nos echó un fugaz vistazo aturdido, desconcertado, y sin darnos la menor importancia, se volvió de nuevo, encendió un cigarro, dio tres o cuatro caladas rápidas, angustiadas, y rompió a llorar. Nuestras caras de lelos expectantes sin saber qué hacer, se miraron las unas a las otras. Sin pensarlo dos veces, me acerqué a ella y le ofrecí un poco de agua. Siempre que viajo, aunque el trayecto sea corto, acostumbro a llevar una botellita. Cogió la botella frágilmente y, medio atragantándose por los sollozos, se la bebió entera, dándome las gracias a cada sorbo de agua y lágrimas que tragaba. El gordo aprovechó el momento para liquidar de dos bocados el donuts que le quedaba. En ese mismo instante, vi a Genaro, por primera vez, pasar una página de su libro.
Genaro, el tímido Genarín, era el chico de gafas y bufanda. En realidad no se llamaba Genaro; yo le bauticé así porque me recordaba a aquel Alfredo Landa –tosco, palurdo, paleto, panoli y mujeriego, pero con un tierno ramalazo de ternura-, de “Genaro el de los catorce”, aquella película en la que era el único acertante de la quiniela. Desde mi primer viaje en este tren, hacía ya un año, Genaro cultivaba su espíritu con el mismo libro. Pero apenas avanzaba. Nada más sentarse, entraba en una especie de estado hipnótico al otear el interior del libro. Yo pensaba que estaría atascado en algún capítulo engorroso, pero lo cierto es que jamás le vi pasar una página. Para mí que, simplemente, lo abría al azar por cualquier parte, eso sí, siempre del centro, apoyaba su cabecita rubia repeinada en la ventanilla y, parapetado en su inseparable bufanda roja, bajaba la mirada tras los cristales de sus gafas, y la posaba dulcemente en aquellas palabras escritas. Estoy seguro que no leía, sino que seguía durmiendo con los ojos abiertos. Pero, ahora, con nuestra sorprendente extra en escena, y su aparatosa aparición, parecía estar bien despierto.
La chica me devolvió la botella, me agarró fuertemente las manos y, con un hilo de voz, me agradeció de nuevo el detalle. “De nada, no faltaba más”, dije yo. “¿Estás más tranquila?”. Ella asintió con la cabeza. Cogidos aún de las manos, medio agachado para sentarme a su lado, me percaté de que Armani estaba de pié, junto a mí, ofreciéndole a la muchacha un chicle mentolado que sacó, aplastado, de un bolsillo trasero del pantalón. Nunca, en el año que llevaba haciendo este trayecto, se me había escapado un solo movimiento de mis compañeros. Y menos, una maniobra de aproximación hacia mí de tales características. Como me temía, el tufo que desprendía Giorgio a colonia barata de garrafón, mezclada con el sudor perenne de su uniforme, era insoportable en esas distancias tan cortas. Pero, a pesar de todo, ella cogió el chicle y, pusilánimemente agradecida, se lo metió en la boca, mascándolo con ahínco. Desde luego, hay personas que hacen las cosas sin pensar un mínimo… Pero, bueno, a ella, este pequeño desliz, se le podía perdonar. Era preciosa.
(CONTINUARÁ)

sábado, 12 de febrero de 2011

Plano de situación (Pabloog Maps)

Vivo en una casa humilde           [que no pobre],
de un barrio acomodado            [que no rico],
de una ciudad influyente             [que no decisiva],
capital de una región manejada   [que no esclava],
de un país importante                 [que no superpotencia],
de un continente poderoso         [que no omnipotente],
de un mundo desarrollado          [que no civilizado].

Soy ciudadano
de un planeta absurdo                [pero bello],
que me ha tocado habitar.

viernes, 11 de febrero de 2011

Profeta N´Babushas. Profecía_1

Empezarán a partirlo todo. La gente dejará de aplaudir a las puestas de sol en la playa y saldrán desorganizadas a destruir todo cuanto encuentren a su paso. Será un ataque de esquizofrenia colectiva. Gritos y violencia gratuitos. Caras desencajadas. Sangre y dolor y una frenética chusma descontrolada arrasando con todo en una absurda lucha de todos contra todos. Cada uno con sus absurdos motivos personales -que a nadie importan-, luchando bajo la bandera de la desesperación.
Saqueos, pillaje, asesinatos, violaciones... ¡Canibalismo! ¡Nos comeremos unos a otros! Canibalismo social. Deshumanización total. Estáis avisados.
                        (N´Babushas. Profeta)


Optimista el muchacho... Y eso que hoy es viernes.

jueves, 10 de febrero de 2011

Principio

 Ves una mariposa.
Revolotea entre los autobuses urbanos.

Recibes una voz del inconsciente.

Una novela o un poema
acaba de empezar.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Tal como suena

BES.- ¿Tu nombre es Ugos o Hugos?
UGOS.- Ugos, tal como suena.
BES.- ¡Aahh!... Hugos, tal como suena.
UGOS.- No. ¡Ugos!
BES.- Eso, Hugos.
UGOS.- ¡¡U-GOS!!
BES.- ¿U-GOS?
UGOS.- Eso es.
BES.- Ugos... Vaya... Quién lo diría...
UGOS.- Ya ves...
BES.- Bueno, gracias, Ugos
UGOS.- De nada, Ves.
BES.- Bes. Mi nombre es Bes.
UGOS.- Claro, ya lo sé, Ves.
BES.- ¡Bes!
UGOS.- ¿Y yo qué he dicho...? ¡Ves!
BES.- ¡¡B-E-S!!
UGOS.- ¿¿V-E-S??
BES.- ¡¡¡Noooo!!! ¡BES! ¡BES! ¡BES! ¡BBBEEEESSSS!
UGOS.- ¡Aaaahh!, Vale, vale, vale... Ya lo he pillado. BES. Así, ¿no?
BES.- Oquei maquei. Bes, así es, Hugos.
UGOS.- Ugos, Bes, mi nombre es Ugos.
BES.- ¿No era Hugos, tal como suena?
UGOS.- ¡Exactamente! ¡Tal como suena! ¡UGOS!
BES.- UGOS.
UGOS.- Sí, Ves.
BES.- Bes, Hugos.
UGOS.- Ugos, Ves.
BES.- Bes, Ugos.
UGOS.- Bien Bes, Ugos.
BES.- Vien Ugos, Bes.
UGOS.- ¿Bien o vien?
BES.- ¿...? Ugos... Tal como suena...


(Diálogo-Bucle dedicado a los informáticos enfermos creadores de virus)

martes, 8 de febrero de 2011

Lamentaciones

Queridos seguidores, fieles e infieles:
Pabloog lamenta haber estado ausente todos estos días.
Un maldito virus
[mecagoenlap...madredetodosloshijosdep...queseinventaronestodelosvirusytósup...madre40millonesdevecesasílesentreaelloselébolaelsidayunvirusquecadavezqueabranlosojoslesquemenysiloscierranlespinchenycuandoabranlabocalesentrentodaslasmoscascojonerasytodaslasmierdasdebichosrastrerosyvoladoresqueandansueltosporelmundoynopuedanarticularunsolosonidoquenoseaeldereconocerlohijosdep...quesonconunrebuznoquelesescuezalagargantaylesrajelascuerdasvocalescontósup...madredecabronesqueson] 
entró en el ordenador y la máquina se desordenó.
Mis mejores deseos para los inventores de esos simpáticos virus. Sin acritud. Hasta mis amigos Bes & Ugos quieren dedicar un próximo diálogo a estos informáticos enfermos. Con todo el cariño.

miércoles, 2 de febrero de 2011

El sabor del verso

Si eres triste,
no te quiero, poema.
Si eres amargo, tampoco.
Ya no quiero más poemas
de sueños incumplidos o frustrados.
No quiero sinsabores en mis versos.
No quiero la sinrazón.

Ven a mí,
si eres la palabra dulce,
palabra amiga, palabra alegre,
palabra comprensiva.

Ven si eres verso.
Si eres beso.

Ven si eres poema de amor.

martes, 1 de febrero de 2011

Hay que quererlos tal y como son

     Ayer, cuando por fin me sent´´e ante ti, ya era martes.
     Adem´´as, el ordenador comenz´´o a escupir est´´upidos acentos dobles cada vez que acentuaba una palabra (el problema persiste, como te habr´´as percatado). Intent´´e solucionar el problema pero el cerebro de la m´´aquina o la m´´aquina del cerebro, o todo a la vez, se quedaron colgados y no tuve m´´as remedio que apagarlo. Tanta tecnolog´´ia para, al final, terminar escribiendo a mano, como mandan los canones, mandan las tradiciones y manda coj...
     Los males no terminaron ah´´i. Para colmo, los bol´´igrafos, en huelga de tintas ca´´idas, medias tintas o tintas secas, se rebelaron contra el sistema de feliz deslizamiento por el papel. Desespera seguirles el juego, pero, a´´un as´´i, a la vista de los acontecimientos, siguen siendo lo m´´as seguro, siempre y cuando tengamos un boli de repuesto o, en su defecto, un l´´apiz, eso s´´i, con su punta bien afilada, para lo cual necesitamos un buen sacapuntas. ¡¡Qu´´e complicado es esto de la escritura!!
     Con tanto contratiempo, como te dec´´ia, ayer, cuando por fin me sent´´e ante ti, ya era martes. Para qu´´e lamentarnos. A los lunes hay que quererlos tal y como son.
     Aunque, los martes tambi´´en se las traen. Si no, f´´ijate la hora que es y todav´´ia escribiendo, gastando la misma cara de lunes. ¡¡¿Alguien sabe c´´omo solucionar esta paranoia de los acentos?!!