Bes & Ugos. Diálogos. Asuntos propios

UGOS.- Bes…

BES.- ¿Qué?

UGOS.- Ehmm… No sé… ¿Qué haces?

BES.- Cosas mías.

UGOS.- ¿Qué cosas?

BES.- Cosas… Sabes que no me gusta que te metas en mis asuntos, al igual que yo no me meto en los tuyos.

UGOS.- Vale, vale…

BES.- ¿Qué quieres?

UGOS.- Ehmm… Se me ha olvidado. No sé lo que te iba a decir.

BES.- Qué coraje da eso, ¿verdad?

UGOS.- Pues sí.

BES.- Y, además, seguro que era algo importante, ¿a que sí?

UGOS.- Más que importante, urgente.

BES.- ¿Cómo sabes que era urgente?

UGOS.- Porque he dejado lo que estaba haciendo y he venido a buscarte.

BES.- ¿Y qué hacías?

UGOS.- ¿Ah?… Cosas mías. Igual que yo no me meto en tus asuntos, tampoco me gusta que tú te metas en los míos.

BES.- Bueno, bueno, tranqui… Si te pregunto, es por si lo que estabas haciendo pudiera tener relación con lo que me ibas a decir.

UGOS.- No creo.

BES.- Que a mí, tus asuntos y tus tejemanejes, me importan tanto como la prima de riesgo.

UGOS.- ¿No te importa la prima de riesgo?

BES.- ¿A mííí?... ¿La prima de riesgo? ¿Y eso qué es?

UGOS.- Es lo que…

BES.- No, Ugos, no te esfuerces, que ni la prima de riesgo, ni el ipecé acumulado, ni la deuda externa me van a amargar la vida. Vamos, que me da igual.

UGOS.- Así nos va. Cuando te coja la recesión, verás tú que risa.

BES.- ¡Uuuuuuh! ¡Que viene la recesión! ¡Uuuuuuuh! ¿No ves que eso es lo que quieren, que tengamos miedo?

UGOS.- ¡Ya recuerdo lo que te iba a decir!

BES.- ¿Qué? ¿Qué hemos salido de la recesión?

UGOS.- Aunque… Bueno. Ya da igual.

BES.- Venga, que es broma. Suéltalo, no me dejes así.

UGOS.- Ya no viene a cuento.

BES.- Dime. ¿Qué querías?

UGOS.- Nada, nada, de verdad.

BES.- Venga. A ver… ¿Qué era eso tan importante?

UGOS.- Urgente. Era urgente, más que importante.

BES.- ¿Y?

UGOS.- Nada, que estaba tomando una cerveza en el bar de abajo y…

BES.- ¿Qué?

UGOS.- Te han multado el coche.

BES.- ¡No!

UGOS.- Sí. Y se lo ha llevado la grúa.

BES.- ¡Mierda! ¡¿Y no has hecho nada?!

UGOS.- ¡No!

BES.- ¡¿Por qué?!

UGOS.- ¡Porque sé que no te gusta que me meta en tus asuntos! ¡Y yo, ante todo, respeto tus gustos!